Capitulo V - Observatorio

En estas fechas señaladas, el Observatorio Astronómico informó de que volvía la Estrella de Belén que guió a los Reyes Magos en su viaje hace siglos, un fenómeno que no volverá a ocurrir hasta el año 2080. Miles de observadores en todo el planeta pudieron fotografiar y describir el efecto causado por la conjunción de los dos planetas más grandes del sistema solar, Júpiter y Saturno, el 21 de diciembre, “un ‘milagro’ para acabar 2020” según algunos.
Una noticia no tan sonada ha sido el anuncio de la creación del Observatorio de Patrimonio Cultural de San Blas-Canillejas que, según el concejal-presidente del distrito madrileño de San Blas-Canillejas, Martín Casariego, “se centrará en el conocimiento, la valoración, la conservación y la difusión del patrimonio cultural y su papel como generador de sentidos de identidad, pertenencia y cohesión social”. Con un presupuesto de 3 millones de euros y sede en la Casa del Reloj de la Quinta de los Molinos, se enmarca dentro de la alianza con Madrid Futuro para la reactivación social, económica y de empleo.

El edificio, con vistas al sur en la vega del arroyo de Trancos, se encuentra en el recodo de un callejón sin salida tan ignoto que carece de nombre, siendo identificado como apéndice de la calle principal por donde se entra. Incluso ese callejón no existiría hoy en día si el VI Conde de Torre Arias no hubiera vendido los terrenos al norte del arroyo que corre entre las dos quintas al arquitecto César Cort, quien le diseñó un palacete en la calle General Martínez Campos.

Más tarde, los herederos del arquitecto cederían el grueso de los terrenos entre la calle Alcalá y la calle Juan Ignacio Luca de Tena al Ayuntamiento, reservándose unas 7 hectáreas, colindantes con esta última, a cada lado del palacete estilo secesionista. Estas se convirtieron en una zona residencial y una calle de oficinas, detrás de las cuales se encuentra el callejón mencionado. Los paseantes de hoy en día, viendo el muro que bisecciona bruscamente una alberca y que recorre el fondo del arroyo, se preguntarán porque los herederos exigieron esa ‘libra de carne’ sabiendo que la finca era “la niña de los ojos del abuelo”. Con las enormes plusvalías que obtendrían en Valdebebas y otros terrenos para algunos, la ira de Hacienda y una mención en la lista Falciani para otros, ¿acaso era necesario ese sacrificio paisajístico? La verdad es que el Ayuntamiento de Madrid de los años 80 no tenía una posición negociadora fuerte.

Una vez más, un dueño de palacio optó por vivir en la casita; en el caso de Cort por haberse roto la cadera en una caída por la escalera. Sus biógrafos cuentan que pasó sus últimos años allí, aunque murió en Alicante. Hay quien insiste en que el reloj se paró a la hora de su muerte y que no se ha vuelto a usar la casita desde 1978.

En 1986, Myriam Silber Brodsky, paisajista argentina, se encontraba entre las personas que coordinaron el equipo que pondría en marcha la escuela de jardinería Quinta Los Molinos, perteneciente al Ayuntamiento de Madrid. Más tarde se le conocería por su Jardín de las Tres Culturas en el Campo de las Naciones, antiguo olivar, anteriormente propiedad de César Cort como lo eran los terrenos del IFEMA.

Dentro del mismo proyecto del Ayuntamiento en 1986, se creaba la escuela-taller del Parque Alameda de Osuna, para formar a restauradores de patrimonio y jardineros que rehabilitarían el Palacio, edificios
varios y jardines románticos de El Capricho. Sufragado por el Fondo Social Europeo, el Instituto Nacional de Empleo y el Ayuntamiento, arrancó con un total de 130 personas, entre monitores, documentalistas y alumnos, con la meta de completar la rehabilitación en cuatro años y haber formado a 300 jóvenes capaces de competir en el mercado laboral.

Según un artículo de El País el 8 de octubre de 1986, “Los alumnos que estudien jardinería aprenderán asimismo limpieza, poda de jardines monumentales y todas aquellas facetas relacionadas con este tema; los adscritos a albañilería trabajarán con ladrillo, piedra, madera y hierro antes de que, a la vista de sus facultades, realicen trabajos como canteros, carpinteros, escayolistas, pintores o soladores, con vistas a su colocación.”

Juan Barranco (PSOE) perdió el Ayuntamiento por moción de censura de PP y CDS en 1989 y, salvo la anómala legislatura anterior, el PP lleva en la Plaza de la Villa y Cibeles desde entonces. En 1993, la concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, en el marco de recortes en gastos sociales, pidió las llaves de las escuelas de jardinería y talleres de restauración, momento en que otros dicen que el reloj se paró hace más de un cuarto de siglo.

Doña Esperanza, también Ministra de Educación en los 90, sólo seguía el ejemplo de su musa y mentora, la Dama de Hierro, experta en recortes sociales y conocedora, como César Cort, de como mantener a los mineros bajo control. Desde la Plaza Margaret Thatcher, se pueden trazar puntos estratégicos para el liberalismo en Madrid: la Castellana, IFEMA y la Piscina Olímpica de Canillejas.

La “casita de chocolate”, según la hemeroteca, era blanca y azul, luego rosa y, metafóricamente se volvió gris por el abandono. En 1994, anunciaron su privatización, especialmente el palacio grande cerca de la Casa del Reloj, postulándose una empresa de hostelería, la sede de los Juegos Olímpicos o una escuela de música, siempre con el argumento de la falta de fondos del Ayuntamiento.

En la hondonada de donde saldrá el renacimiento cultural y patrimonial del barrio, con vocación de encontrar usos para edificios en desuso, no tendrán que mirar muy lejos para encontrar el primer proyecto. A pocos pasos, al lado del molino que gira, pero no bombea agua, se encuentra el invernadero sin cristales; como toque surrealista, detrás del cerrojo se encuentra un candado, para guardar bien este ‘espacio abierto’. La pauta sigue: a 750 metros al este, encima del pozo principal, al depósito elevado de agua de Torre Arias lo han ‘ornamentalizado’, convirtiéndolo en otro esqueleto afuncional que recuerda al monumento de Hiroshima; de la explosión nuclear a la implosión cultural del efecto Beaubourg; de supernova a agujero negro.

En este juego de humo y espejos encontramos la palabra “FAKE” en la caja del contador de la Casa del Reloj, seguido de la misma palabra en casi todos los carteles de la promoción residencial de Barba Grupo Inmobiliario, Edificio Telémaco, en el callejón. La módica hipoteca incluye un parque de más de 20 hectáreas literalmente en la puerta y, si no le apetece salir, puede apreciar los almendros en flor desde la piscina climatizada en la azotea.

Con una extraña simetría, su logotipo es una torre, como la Casa del Reloj, aunque quizás sea porque también se dedicaban a obras de rehabilitación y reformas de bienes patrimoniales como la Muralla de Ávila.

El grafitero o ‘tagger’ se podía haber ahorrado interpretar que lo que estamos viendo es ‘fake’ o falso. Ya lo explica meridianamente la letra menuda del cartel de promoción: “La jardinería, el mobiliario urbano y el amueblamiento interior es ficticio teniendo validez únicamente a efectos decorativos.” Utilizar las fachadas como forma de expresión es un clásico: medio edificio para el Belén
prefabricado exprés de Sol, ‘Videomapping’ navideño de fachada entera en Cibeles y Krystztof Wodiczko en el Arco de Triunfo de Moncloa con su ¿Cuántos?, una pregunta que últimamente se oye mucho.

Siguiendo el rastro marcado por el observatorio astronómico, con tres clics en los accionistas de la plataforma inmobiliaria que nos trajo a ver el piso piloto con vistas a los Molinos, Idealista.com, volamos del Oriente Medio a Wall Street y de vuelta a la Castellana. ¿Qué hubieran dado los Reyes Magos por unos camellos más rápidos? ¿Cuánto darían los jardineros por unas cajoneras funcionales?

Al marcharnos por el callejón, desde fuera vemos la sede del ‘Espacio Abierto’. Podemos imaginar, décadas antes, al arquitecto en lo alto de la torre del palacete estilo secesionista, contemplando el valle del Jarama.

“César, un día, cuando consigas las licencias del Ayuntamiento, todo esto será tuyo para urbanizar y vender. Cerca del aeropuerto, se construirá el Hospital de Pandemias que describí en mi Plan General de Murcia de 1932.”

“¡Descuide abuelo! Así lo haré”, le responde su nieto. César Cort Botí tenía un plan.

LINKS:
Cayetana Galbete, Directora de la Escuela de Jardinería:
https://jardindecayetana.wordpress.com/proyectos-formativos/

Cierre de la Escuela de Jardinería:
https://elpais.com/diario/1993/06/19/madrid/740489054_850215.html

Se privatiza un palacete:
https://elpais.com/diario/1994/03/17/madrid/763907093_850215.html

César Cort, minas y urbanismo:
http://urban-networks.blogspot.com/2011/12/episodios-inmobiliarios-cesar-cort.html

César Cort, un vídeo entrañable:
https://vimeo.com/357923652
(https://www.domestika.org/es/projects/544626-ciudadano-cesar-cort)

César Cort, el ecologista que odiaba la especulación:
https://lacala.es/cesar-cort/




Comentarios

Entradas populares de este blog

Capítulo IV - Monjas vaqueras

Capitulo II - Los años 60

Capítulo I - Doña Paloma