Capítulo VI - Ya vienen los Reyes

Procesionamos por el Puente de Felipe Juvara, arquitecto de palacios reales y de una basílica en que yacen reyes de España exiliados, camino de la calle del Marquesado de Santa Marta, donde asistiremos a la lenta escenificación de una natividad por entregas. El guion es bien conocido, pero la tardanza de los actores principales y constantes cambios de programación dificultan la ejecución de la puesta en escena.

Los pajes enviados a reconocer el escenario y anunciar la llegada de regalos, oro, planos y contratos de concesión, encuentran contratiempos. El establo de Torre Arias está en obras y no hay nadie dentro; una muchedumbre vociferante bloquea el portalón y un juez repulsa a los pajes. ¡Ingratos por no apreciar su experiencia en edificación de campus en ‘campo abierto’, en cuestas, con anexos acristalados y grandes explanadas donde se reunen los estudiantes!

Se retiran las grúas y por fin se puede inaugurar un Belén en el porche del palacio de Gaspar, una hermosa maqueta de un pueblo rural con frontón. No falta detalle, hasta el agua helada en la fuente y las herramientas en el taller de carpintería donde la madre acuna al recién nacido.

Este año, con el frontón a escala real y algunos edificios agrícolas al otro lado de la calle en Torre Arias restaurados, se decide instalar un Belén más ambicioso, de la mano de la Asociación de Belenistas de San Sebastián de los Reyes. Es un Belén múltiple que parece abarcar todos los barrios de la zona: de camino al Marquesado de Santa Marta, los Reyes pasan por el coladero de la Plaza Mayor de Barajas, la Ermita de Nuestra Señora de la Glorieta, el Castillo de la Alameda, la Parroquia de Santa Catalina de Alejandría y Santa María la Blanca de Canillejas.

San José anda delante del burro por el fondo seco del Arroyo del Santo, guiándolo con cuerda; ni una sola bicicleta de BMX a la vista. La Virgen María amamanta al bebé a lomos del animal; no pueden permitirse una parada en la huida de Herodes. A dos manzanas se produce la Visitación de Santa Isabel a su prima María y el saludo inmortalizado musicalmente por Franz Schubert siglos después. Buscando a Wally, vemos diferentes fases de la vida de Jesús: el bebé, el niño que se escapa de casa, maestro con un pergamino, panes y peces e incluso el gallo; quizás en la iteración del año que viene también le veremos curando a los enfermos y echando a los mercaderes del templo.

Desde fuera, el palacio de Gaspar sigue la pauta de edificación en cuesta, apurando las especificaciones volumétricas con gran profundidad subterránea y cambios irreversibles en el freático. El subsuelo no basta, los coches rebosan del parque enfrente y se encuentran hasta en doble fila por Santa Marta, casi hasta la vía de servicio de la A2. Se inauguran dos paradas de autobús con cableado para anuncios y chóferes trajeados esperan delante de coches de alta gama, algo apartados de la fila de taxis.

En un guiño arquitectónico a Le Corbusier, las ventanas no delatan la estructura interna del edificio y, encima de la cubierta, las chimeneas de barco trasatlántico simbólico son grandes y alargadas, una forma redondeada cuya vocación es disimular la actividad vital que se realiza dentro: maquinaria para los asuntos serios de diagnosticar, extirpar y curar. La salud vale más que todo el oro del mundo.

El aroma de incienso envuelve el palacio de Baltasar, un templo del conocimiento; tras la retícula vitruviana del pórtico, el revestimiento hermético de azulejos azul persa transmite estabilidad, cultura y tradicionalismo. Los laterales forman un curioso Mondrian incoloro.

De nuevo, la dinámica aprovecha la cuesta abajo hacía la autopista, con dos escalinatas que conectan el paso de la explanada de entrada a las zonas ajardinadas descritas en la página web para candidatos a cursos de posgrado.

Fornidos vigilantes de seguridad patrullan para disuadir al público que quiera acercarse a las grandes vidrieras, a no ser que una chica de barrio, un jardinero y un mecánico, salidos del Mago de Oz, peguen la nariz al escaparate y exclamen “¡Allí dentro no hay nada!”.

Es una zona seudopública videovigilada: no traiga su familia a merendar en el césped para observar la operación salida de los que tienen segunda vivienda en la playa. Parkour prohibido: ¡nada de equilibrios, saltos de precisión y carreras por las escaleras!

En esta escena del Belén a escala real no habrá lugar para musgos y líquenes. No se oirán las palabras “San Francisco de Asís pedía que en el convento siempre se dejara una parte del huerto sin cultivar, para que crecieran las hierbas silvestres, de manera que quienes las admiraran pudieran elevar su pensamiento a Dios, autor de tanta belleza.”

Melchor, el tardón, todavía no se ha vestido. Tampoco ha hecho los baúles: las cajas de mirra están apiladas a la espera de las tarjetas de felicitación y papel de regalo. El esqueleto de su palacio delata brutalmente la función del edificio: es un ‘treppenhaus’, una escalera monumental de dos brazos que asciende a ambos lados y se une en el centro.

Los arcos de entrada al complejo, una unidad separada de la herradura del edificio principal, presentan el enigma de si son un fallido homenaje a las vigas-hueso de Fisac o marcan el declive de unas acciones subprime. Lo que queda claro es que será difícil extender la alfombra roja a los residentes nuevos debido a las antiestéticas rejillas verticales salientes del centro de transformación prefabricado subterráneo que entorpecen el paso por la acera.


Los acaudalados huéspedes tendrán vistas privilegiadas al arbolado de la Quinta de Torre Arias al sur y, con el tiempo y un paso adecuado, podrán disfrutar de paseos dentro del parque, a escasos metros de su residencia. Las habitaciones del lado norte ofrecen un panorama del Campo de las Naciones, del valle del Jarama y del constante despegar y aterrizar de aviones en el aeropuerto. Con PCR y cartilla de vacunación en mano, de Madrid al Cielo.

Los Reyes todavía están de viaje. Veremos lo que traen cuando finalmente llegan.

LINKS
Biblioteca de la Universidad de Navarra:
https://es.wikipedia.org/wiki/Biblioteca_de_la_Universidad_de_Navarra#/media/Archivo:Biblioteca_Central,_UNAV.jpg
https://es.wikipedia.org/wiki/Biblioteca_de_la_Universidad_de_Navarra

Los bibliotecarios llaman “torre” a las estanterías:
https://bibliotecatorrecampo.blogspot.com/2020/07/una-torre-de-libros-algo-mas-espaciosa.html

Espacios semipúblicos o seudopúblicos:
https://parquesalegres.org/biblioteca/blog/que-son-los-espacios-semipublicos/
https://www.theguardian.com/cities/2017/jul/24/revealed-pseudo-public-space-pops-london-investigation-map

Espacios videovigilados:
https://elblogdefarina.blogspot.com/2014/07/espacios-videovigilados.html

Privatización de espacios públicos:
https://www.eldiario.es/sociedad/justicia-declara-hipoteca-alcalde-pueblo_1_3636688.html










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